Un estudio, realizado en el Colegio de Medicina Albert Einstein en Bronx, Nueva York, ha descubierto que los déficits de memoria que sufren algunas personas con apnea del sueño pueden mejorarse. La clave está en tratar al paciente con presión positiva continua en las vías respiratorias.
Cuando dormimos los músculos de la parte superior de la garganta se relajan, pero el pasaje permanece suficientemente abierto para permitir la circulación de aire.
Cuando dormimos los músculos de la parte superior de la garganta se relajan, pero el pasaje permanece suficientemente abierto para permitir la circulación de aire.
El apnea del sueño que padecen algunas personas se produce porque este paso es más estrecho de lo habitual. Por ello, al relajar esos músculos se obstruyen las vias respiratorias y frecuentemente se rompen los tejidos internos que cubren la laringe y la garganta. Esta irregularidad puede producir ronquidos fuertes y respiración difícil.
En New York, el grupo de trabajo de la doctora Molly E. Zimmerman controló a casi 180 personas que se les había diagnosticado apnea del sueño y, de ellos, 58 tenían problemas de memoria medibles.
Los investigadores, después de tres meses de tratamiento, catalogaron a los pacientes según su respuesta y evolución. El 21% de los usuarios pobres, el 44% de los usuarios moderados y el 68% de los usuarios óptimos consiguiron un desarrollo normal de su memoria.
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