El número de parados en España ha aumentado en más de 120.000 personas durante el último trimestre de 2010, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Estos números no ayudan a que los españoles recuperen la confianza en encontrar un buen trabajo. De hecho, el número total de desempleados alcanza ya los casi 4.700.000, frente a los 18.400.000 ocupados.
Las estadísticas reflejan que las dificultades para encontrar un puesto ascienden en el caso de los jóvenes. La ocupación, entre personas de 35 a 44 años y entre mayores de 54, se ha incrementado en el último trimestre, a diferencia de lo ocurrido entre los menores de 35 años, que son los más perjudicados.
Esta situación deja pocas opciones a los grupos más débiles como son los jóvenes, que carecen de experiencia laboral, las personas sin cualificación o los discapacitados.
Por sexo, los datos del INE revelan que las mujeres presentan una evolución más favorable en el mercado laboral, a pesar de las conocidas trabas que siempre han existido para este colectivo.
Resulta paradójico ver como cada vez se reducen más las posibilidades de encontrar trabajo, pero se imponen más requisitos para conseguir un puesto interesante. No es suficiente poseer un título. También son necesarios: complementos de formación, dominio de idiomas y lo más importante, experiencia laboral. ¿Cuál es la receta para que los jóvenes consigan todos estos requisitos?
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